Los riesgos de las redes sociales en niños

Los niños y adolescentes de hoy son nativos digitales, (término utilizado y presentado en la "Declaración de Independencia del Ciberespacio" el año 1996, que evoca a los niños nacidos en la era digital) que rodeados por las nuevas tecnologías desde temprana edad, han sido capaces de manejar y controlar con mayor facilidad los nuevos medios de comunicación que se consumen actualmente, como son computadores, teléfonos celulares, videojuegos, cámaras de video entre otros, respirando a diario la atmósfera de Internet, utilizando con gran fluidez el lenguaje digital.

Estas herramientas tecnológicas son beneficiosas para ellos, pero, hasta cierto punto. 

La edad promedio de inicio al mundo de Internet de esta generación parte desde los 6 o 7 años, lo que los hace vulnerables a toda la información gratuita y a su alcance que pueda perjudicarlos psicológica y emocionalmente.

Nosotros como padres, cuando llevamos a nuestro hijo o hija a un parque, vemos que no se aleje, que no se vaya a hacer daño, que nadie se acerque, que no se tropiece y caiga o cuando los llevamos a la playa nos aseguramos que esté siempre a nuestro lado, juegue junto a nosotros en el agua, que no se adentre en el mar porque se puede ahogar o incluso cuando los llevamos al colegio, siempre vamos de la mano, cruzamos la calle con precaución, le enseño como debe comportarse, siempre mirar antes de cruzar y que no debe atravesar un semáforo en rojo, pero sin embargo, los dejamos solos, a su suerte en las redes sociales frente a miles de personas que pueden interactuar con su hijo, en todas sus formas, con imagen, audio o video.

No podemos ser padres irresponsables, debemos educarlos en el uso de estas herramientas, guiarlos creando protocolos, formas de actuar, configurar su uso adecuado para nuestros hijos.

En la actualidad los niños y adolescentes, dedican desde 3 a 6 horas diarias a realizar acciones dentro de las redes sociales, que dentro de las más utilizadas por los niños son  Whatsapp, Snapchat, Youtube, Instagram y Facebook. De hecho, la política sobre la edad mínima es de 13 años para la mayoría de éstas redes, lo que indica que han tenido que mentir sobre su edad para poder acceder, lo que nos lleva a los principios y valores que le enseñamos a los hijos, ya que, mentir sobre su edad no es un detalle menor.

Los riesgos

Un alto porcentaje de los niños y adolescentes exhiben su propio rostro en las redes sociales, además de su nombre y apellidos, el colegio al que asisten, y un porcentaje menor activa su ubicación, lo que permite conocer con casi un grado de exactitud el lugar donde viven. 

Esta tendencia a entregar toda esta información, los hace blancos de gente malintencionada (generalmente adulta) que se aprovecha de la ingenuidad e inocencia de los niños, para realizar prácticas abusivas, enmascarados en el perfil de un niño para ganar su confianza y poder llevar a cabo su plan.

Los riesgos a los que están expuestos son el grooming, ciberbullying o ciberacoso, phishing y finalmente llegar al acoso en un encuentro físico presencial, descuidando en el proceso lo más preciado que tienen nuestros hijos que es su intimidad e integridad en este mundo virtual.

¿Qué hacer?

• Como padres debemos mantener una vigilancia constante de las páginas que acceden nuestros hijos.

• Enseñarles a mantener su privacidad, cuidando lo que escriben y publican, manteniendo hábitos de no enseñar fotografías de sus hijos, no publicar información personal, no hablar con extraños ni aceptar invitaciones sin la previa aceptación de los padres.

• Siempre revisar sus redes sociales en presencia de sus hijos, nunca a escondidas, así los niños se sienten supervisados y seguros.

• Debemos crearles un hábito de horario para utilizar estas herramientas digitales, sin que vaya en desmedro de sus obligaciones escolares o responsabilidades en el hogar.

• Advertirles de los peligros a los que están expuestos y como evitarlos, los padres debemos ser un apoyo incondicional frente a eso, educando a los hijos que deben alertar y no ocultar.
• La comunicación con los niños siempre debe existir, para así, evitar riesgos emocionales que pasen desapercibidos y que a futuro presenten una sintomatología depresiva.
• Pueden utilizar controles parentales en los dispositivos o redes sociales, o como alternativa una aplicación que realice esta función, en caso que no podamos supervisar siempre su actividad en internet.

Debemos advertirles que sean prudentes con lo que comunican y el contenido que comparten porque puede poner en peligro su seguridad y su reputación en el futuro.

La educación es el remedio.

Para finalizar les dejo un video que publicó la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) sobre la privacidad de nuestros hijos en las redes sociales, que básicamente es que publican su vida sin saberlo y no es tan privada como creían.

 


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Artículo escrito por Cristian Pérez Á.