martes, 14 de enero de 2020

No + PSU




Cada año en Chile, los estudiantes que postulan a las universidades bajo el proceso de admisión a la educación superior, deben rendir unas pruebas evaluativas conocidas como "Prueba de Selección Universitaria", que generalmente se lleva a cabo los meses de noviembre y diciembre.

Los últimos meses, desde que comenzó el estallido social en Chile, el pasado 18 de Octubre,  la PSU ha dado que hablar entre los estudiantes de enseñanza media, con respecto a la segregación que existe para los que logran ingresar a las universidades adscritas al Sistema Único de Admisión (SUA), reprochando a este método como una falsa inclusión, dejando al descubierto una clara separación y división de clases y géneros, por lo que la han denominado "Prueba de Segregación Universitaria".







Cada año, los puntajes de los resultados de las pruebas son un claro reflejo de la capacidad que tienen las familias de financiar la educación de sus hijos, que mientras los que más tienen reciben una mejor calidad de educación, esto con respecto a que en las instituciones municipales, a diferencia de los colegios particulares pagados, no se alcanza a pasar toda la materia que entra en esta evaluación, lo que perjudica directamente las posibilidades de los estudiantes más vulnerables  de acceder a la educación superior (texto citado en el diario la Tercera).

La forma en que la PSU selecciona y segrega, se basa en medir los conocimientos cuando los alumnos egresan de enseñanza media, lo que nos dice que los estudiantes más aventajados son las familias que han podido pagar por una mejor educación, que son aquellos estudiantes de colegios particulares.

A su vez, también mide la calidad educativa de los establecimientos educacionales, convirtiendo todo este asunto en una educación de mercado y no en un mecanismo de desarrollo social.

Lamentablemente los padres no pueden elegir la educación de sus hijos libremente, sin pensar en que esta decisión pase por su capacidad económica para financiar sus estudios, es aquí donde el estado hace presente la separación de las clases sociales en su pseuda prueba de aptitudes académicas, en donde quien tiene más plata puede costearse una educación superior segura, por ende, obtener mejores conocimientos y enseñanzas porque se los ha podido costear, lo que demuestra la gran falencia de la educación en los colegios municipales y subvencionados.

Esto no es un tema nuevo, pero con el modelo constitucional promulgado el año 1980 por Augusto Pinochet, los poderes políticos han intentado mantener este sistema de educación de mercado que impuso el presidente en esa época, la que traigo a la memoria en el siguiente párrafo, extraido del diario el Mercurio el 10 de julio de 1977, publicado también el año 2015 por Javier Corvalán y Juan Eduardo García-Huidobro Investigadores CIDE, de la Universidad Alberto Hurtado:

La responsabilidad del Estado en educación se concentrará en la educación básica, vale decir en un mínimo de educación que se asegure a todos.  Textualmente: “El Estado centrará su énfasis en la educación básica y, a cualquier costo, cumplirá su deber histórico y legal de que todos los chilenos, no solo tengan acceso a ella, sino que efectivamente la adquieran”. Donde termina esa responsabilidad estatal, empieza a operar el mercado: la educación media y superior deberán ser provistas por la iniciativa privada y el acceso a ellas supondrá  pago. En palabras de la  Carta  de Pinochet: “Alcanzar  la  educación  media  y  (...)  superior  constituye  una  situación  de excepción (...) (que) debe pagarse o devolverse a la comunidad nacional por quien pueda hacerlo ahora o en el futuro”.



El porcentaje de rechazo a la PSU por parte de los estudiantes secundarios alcanza un 90% y lo único de lo que hablan en los medios de comunicación televisiva y radial, es de que manera pueden criminalizar los actos cometidos por los estudiantes, tratando a los dirigentes estudiantiles de actuar como en dictadura, hablando por "todos" sin conocer sus opiniones. 
Pero, no hablan de las violaciones de los derechos humanos cometidos por agentes del estado, como carabineros, disparando a estudiantes a mansalva, golpeando y violando mujeres, eso sin mencionar la cantidad de infiltrados en manifestaciones influenciando y generando violencia, destrozos e incendios.




 Pero esto va más allá, llegando por parte del estado a amenazar con cárcel por haber obstaculizado el normal desarrollo de la prueba de Historia, el pasado 5 y 6 de enero, debido a una serie de movilizaciones y protestas a lo largo del país, que fueron precedidas por el vocero de la ACES (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios) Victor Chanfreau, quien llamó a no rendir la prueba, quienes finalmente lograron su cometido y tuvo que ser suspendida.

Criminalizan un acto de esta naturaleza, con manifestaciones, con protestas, con llamados públicos, siendo que la misma prueba que segrega y divide a los que tuvieron más o menos recursos para obtener educación es aún más grave, es un mercado de feria que quien tiene más plata puede comprar un mejor título y deja de ser un derecho fundamental para los ciudadanos. 

Según la UNESCO United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), el derecho a la educación, sin importar sus niveles, es un derecho humano fudamental está indisolublemente ligado a la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) y a muchos otros instrumentos internacionales en derechos humanos, y en Chile eso no se está cumpliendo, acumulando así una falta más a los derechos humanos (DDHH).


Así, en resumen, la educación en Chile es un bien de consumo, desigual y elitista, abriendo las puertas al lucro en la educación, fomentando la discriminación en las condiciones futuras de vida laborales y salariales. Las maneras de ajustarse a las exigencias estándares se refleja en las pruebas SIMCE y PSU que miden la memorización y la ejecución con métodos de resolución y no profundizan en comprender el contenido, que finalmente son prácticas utilizadas para diferenciar, castigar y segregar


Para dar una solución a esta problemática que lleva varios años en la cartera, pone en la mesa la propuesta el profesor de Historia y Geografía Alejandro Guerrero acabando con la educación de mercado, publica un artículo en el diario online laizquierdadiario.cl en enero de 2017, donde expresa lo siguiente:



" Acabar con la competencia entre instituciones estatales pasa por formar un único sistema a nivel nacional donde se integre, como la ENU, los niveles parvulario, escolar y superior dónde el centro sea el proceso pedagógico, volviendo innecesarios los usos punitivos y segregadores del SIMCE y la PSU. Libre e irrestricto acceso a la educación en todos sus niveles asegura una educación permanente y financiamiento estatal permanente darán impulso a múltiples proyectos en todas las disciplinas, retomando lo esencial de la concepción de educación politécnica, integrando teoría y praxis, y desechando los criterios que hoy los mantienen como una cantera de mano de obra gratuita para los empresarios.

una educación no sexista, que abarque los derechos sexuales y reproductivos, que permita discutir sobre los derechos democráticos de las y los niños, de las mujeres y la diversidad sexual y que cuestione los planes de estudios sexistas que excluyen a la mujer como un sujeto transformador.

Esta Nueva ENU debe basarse en la discusión abierta de los principales actores de la educación, trabajadores de la educación (profesores y funcionarios), estudiantes y apoderados, quienes deciden cómo administrar el financiamiento estatal según sus necesidades, así como los contenidos del currículum permitiendo garantizar los conocimientos para el desarrollo de la vida y sus derechos asegurando con ello no sólo una educación integral, multidisciplinaria y pertinente, sino que también al servicio de las propias necesidades y no las del mercado.  "
La PSU debe acabar, y tomar ideas de otros gobiernos, en donde en algunas universidades es necesario tomar un examen de acuerdo a la carrera que se está postulando, para obtener tu conocimiento académico. También, en otras universidades los alumnos deben cursar unas ciertas materias globales junto con otras orientadas en la carrera que se está postulando durante algunos meses y solo ingresas a esa universidad si la apruebas.

Cada universidad debe establecer sus propios estándares de admisión. 

Las pruebas de admisión deben ayudar a los estudiantes a tomar una decisión sobre su futuro profesional, mediante la exploración de sus gustos, intereses y motivaciones. Ésta no debe medir conocimientos, ni tampoco tener fines de exclusión social como las Pruebas de Aptitud Académica.

Son otros métodos de ingreso a las universidades, pero sin duda son más eficaces y menos segregador, donde cualquier persona, sin importar su clase social, su género, su situación económica puede ingresar, sin tener que sortear los obstáculos que suceden en Chile.





Artículo escrito por Cristian Pérez A.




Fuentes

  • https://psu.demre.cl/
  • https://psu.demre.cl/la-prueba/que-es-la-psu/caracteristicas-psu
  • https://www.uchile.cl/portal/presentacion/asuntos-academicos/demre/pruebas-y-mediciones/110120/prueba-de-seleccion-universitaria-psu
  • https://www.chileatiende.gob.cl
  • https://www.uchile.cl/portal/presentacion/asuntos-academicos/demre/presentacion/110237/historia-del-examen-de-admision
  • https://www.elmostrador.cl
  • http://www.laizquierdadiario.cl/
  • http://mailing.uahurtado.cl/cuaderno_educacion_66/pdf/articulo_4.pdf
  • http://sistemadeadmision.consejoderectores.cl/etapas-del-proceso-de-admision
  • https://www.consejoderectores.cl/informacion-y-estadisticas
  • https://es.unesco.org/themes/derecho-a-educacion




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